El directorio discutió el balance del Stand By de 2018. Incluyó críticas a la gestión de Cambiemos.

En el Gobierno consideran que es un paso necesario de cara al acuerdo, aunque descartan que tenga mayor impacto en los debates actuales. El Ejecutivo pidió que el organismo revise si se incumplió su estatuto al financiar la salida de capitales.
El Fondo Monetario Internacional publicó este miércoles su propia revisión del multimillonario crédito que le otorgó a Mauricio Macri en 2018, que incluyó críticas a la gestión anterior y la admisión indirecta de que parte de los casi u$s45.000 millones desembolsado financió la fuga de capitales.
Sin embargo, este balance es un procedimiento de carácter más bien formal. En el Gobierno destacan el contenido del informe y lo consideran un paso necesario para avanzar de cara al acuerdo, aunque reconocen que difícilmente tenga un impacto significativo en la negociación en curso.
El directorio del organismo discutió este miércoles la llamada Evaluación Ex Post (EPE por su sigla en inglés) del programa Stand By por u$s57.000 millones, del cual se llegó a desembolsar u$s44.867 millones.
La publicación incluye los comentarios de los técnicos del FMI, un apéndice sobre la reacción de las autoridades argentinas actuales al informe y las opiniones sobre el programa de 2018, más una síntesis del debate entre los directores, que representan las sillas de los distintos países.
Pese a que persisten las omisiones, la EPE incluye algunas críticas relevantes a la implementación del programa de parte del propio staff que, con otros integrantes a la cabeza, fue el que firmó el acuerdo con los funcionarios de Macri y el que debió monitorearlo. Las más salientes: la mayoría de los directores reconoce que el anterior Gobierno debió reestructurar la deuda en moneda extranjera para reducir las grandes necesidades de financiamiento de corto plazo y que debió instaurar un control de capitales para evitar la salida de divisas del país.
La visión del Gobierno
La posición del Ejecutivo argentino, incluida en la posición, señala dos cuestiones. Por un lado, que, efectivamente, el programa de 2018 fracasó porque no logró cumplir con ninguno de estos cuatro objetivos trazados en el acuerdo: restaurar la confianza del mercado, proteger a los más vulnerables de la sociedad, fortalecer el marco para reducir la inflación y disminuir las tensiones en la balanza de pagos.
Por otro lado, planteó que “es aún insuficiente” la advertencia que hace el Fondo “sobre los riesgos de un ajuste fiscal en contextos recesivos”. Básicamente, este es hoy por hoy el nudo del debate para el programa plurianual en ciernes. Fuentes oficiales señalaron que, por eso, la posición argentina incluyó como problemas del Stand By de Mari que haya partido de negar la restricción externa como problema estructural del país y que haya considerado que un plan de estabilización por sí mismo fuera a generar crecimiento. “El crecimiento es condición de la estabilidad y no al revés”, enfatizaron.
En concreto, como contó Ámbito, uno de los focos centrales de discusión aún no saldados pasa con el staff del FMI pasan por el ritmo de recuperación de la actividad para el próximo año: Guzmán plantea un 4% y el Fondo no se mueve demasiado del 2,5% porque teme que una reactivación mayor impida acumular las reservas (a mayor crecimiento, más importaciones) que garanticen el repago a partir de 2026. Otro de los puntos está estrechamente ligado.
El Fondo pide una reducción más acelerada del financiamiento monetario del Tesoro (la emisión) que la que propone el Gobierno, lo que en los hechos implicaría un ajuste fiscal más rápido que afectaría la reactivación.
Además de la revisión sobre el cumplimiento del artículo VI del estatuto del Fondo, la posición del Gobierno plasmada en la EPE “recomienda”: dar una definición adecuada al concepto de “ownership” para que en el futuro la apropiación de un programa incluya al Congreso, la sociedad civil, sindicatos, el sector privado y la sociedad en general; establecer la necesidad de evitar el uso político de los programas del FMI; y considerar en el futuro realidades específicas, como el caso de Argentina, en donde el crecimiento es condición precedente para la estabilidad y no al revés.
¿Qué debatió el directorio?
Los directores del Fondo, que no son otra cosa que los representantes de los distintos países (donde Estados Unidos tiene preeminencia y poder de vero), manifestaron acuerdo en algunas de las autocríticas del informe, aunque también persisten los disensos. Así se desprende de la publicación del organismo.
“Los directores señalaron que las líneas rojas del entonces gobierno sobre ciertas políticas pueden haber descartado medidas potencialmente críticas para el programa. Entre esas medidas se encuentran una operación de deuda y el uso de medidas de gestión de flujos de capital. Sin embargo, varios directores cuestionaron la viabilidad de implementar estas medidas cuando un objetivo clave del programa era restaurar la confianza del mercado”, señala el resumen en uno de los pasajes.
“El comunicado ilustra las diferencias q existen dentro del FMI, cuando vemos q hay un conjunto amplio de países que están de acuerdo con que hubo algo que fracasó, pero quedan algunos que dicen que no son tan autocríticos”. Y reconoció que aún no están los consensos que busca el Ejecutivo para sellar el nuevo acuerdo. “Hay más consensos que alcanzar en el escenario geopolítico y nosotros estamos trabajando para que el programa que el gobierno que fue elegido para la Argentina quiere: poder seguir en la senda de crecimiento con inclusión”, expresó.
En la misma línea, el ministro también blanqueó que aún no se consiguieron todos los apoyos necesarios, sobre todo en las grandes potencias, para reducir las sobretasas que pagar Argentina al tratarse de una deuda de acceso excepcional por su monto. Por esos recargos, el país debería pagar unos u$s1.000 millones adicionales por año en intereses. Sin embargo, afirmó que la evaluación presentada ayer es un paso importante y reclamó que el Fondo profundice su autocrítica.
“Al Fondo le falta una mayor revisión de esto”, afirmó Guzmán. Y recalcó que, por el momento, la entidad reconoció que “el programa fracasó” y que la plata del multimillonario préstamo se utilizó para pagar deuda que era insostenible y financiar salida de capitales.
Nota:Ámbito