La guerra entre el Ejecutivo y el Congreso llegó a su hora final. Hoy, el presidente Martín Vizcarra anunció el cierre del Congreso dominado por el ultraderechista partido fujimorista Fuerza Popular y sus aliados.
Lo hizo apelando a sus atribuciones constitucionales que le permiten tomar esa medida cuando el Congreso le niega dos veces el voto de confianza al gobierno. Aunque formalmente el Parlamento le aprobó el voto de confianza pedido, el presidente ha señalado que en los hechos se lo habían negado al desconocer las razones por las que pidió este voto. Además, Vizcarra llamó a elecciones legislativas que deben realizarse en cuatro meses.
La mayoría parlamentaria respondió calificando de ilegal su cierre y poniendo en marcha un proceso para destituir al presidente. En abierta contradicción histórica, los herederos del ex dictador Alberto Fujimori hablaron de golpe de estado, acusaron a Vizcarra de dictador y amenazaron con enviarlo a la cárcel. La minoría parlamentaria -formada por la pequeña bancada del oficialismo, la izquierda y una derecha liberal- apoyaron la decisión del presidente.
En las calles, la población respaldó el cierre constitucional del desacreditado Congreso, identificado con la prepotencia y la protección a políticos acusados de corrupción.
Fuente: Página12