La fiscal Oñuk sigue día a día la evolución del bebé que fue arrojado a un pozo, presuntamente por su madre tras dar a luz. Se encuentra todavía en el hospital 4 de junio de Sáenz Peña, pero su alta es cuestión de horas.

Fueron unos niños que luego de oír llantos mientras jugaban, corrieron para avisarles a sus padres de lo que estaba pasando.
El lactante fue extraído, luego que los hombres debieran romper el precario inodoro de una casa del barrio Escalada. Después fue llevado para atención médica.
La fiscal ayer se presentó en el hospital Salvador Mazza donde está internada y detenida la parturienta, a fin de tomarle declaración de imputada por tentativa de homicidio calificado.
La madre del bebé contrató un abogado particular y declaró durante cuarenta minutos ante la representante del Ministerio Público.
De acuerdo a lo que pudo saber este diario, Graciela (acusada) sostuvo ante la fiscal. “No me acuerdo nada de ese día, y no sabía que estaba embarazada“.
Cabe recordar que en la escena, se halló placenta que será cotejada y además, una ginecóloga confirmó ante la fiscal que la mujer había atravesado reciente parto.
Oñuk también cuenta con testimonios de vecinos, quienes fueron los que increparon a la mujer por lo que había hecho, sabiendo que estaba embarazada, sin embargo ella se defendió, diciéndoles que estaba gorda.
El día del hecho, la sospechosa antes de ser arrestada, se encerró en su pieza y ante la emanación de gas, debieron los bomberos irrumpir en el lugar.
Fuente:DiarioNorte