Una familia vive desde la madrugada del lunes una verdadera pesadilla. Un hombre murió por Covid-19, pero en vez de entregarle sus restos a su familia para su sepultura, su cadáver desapareció y estuvieron a punto de entregarles los restos de una mujer que también había muerto por el virus. Todo indica que el cuerpo de Manuel Moya fue cremado por error, pero sus hijas entienden que no hay forma de probar ello y exigen una respuesta al sanatorio donde estaba internado y ya radicaron una denuncia penal.

Moya residía de la zona sur de San Fernando del Valle de Catamarca y murió en el sanatorio Pasteur por Covid-19. La situación errónea la advirtió el encargado de trasladar el cuerpo para una empresa funeraria porque “tenía forma de mujer” y él debía hacer el servicio de un hombre. La mujer fallecida fue llorada también erróneamente.
Casi a la misma hora que murió Moya, también falleció una mujer en el mismo sanatorio privado. La familia de Moya había estado en contacto con el hombre a las 4 de la mañana porque una de las hijas había llegado desde Santiago del Estero para despedirse, pero a esa hora aún estaba con vida. Como a las 6 de la mañana llegó la mala noticia del deceso así que la familia se dirigió al centro de salud para hacer los trámites correspondientes.
El punto delicado es que, si no hubiera sido por el encargado de la empresa funeraria, la familia Moya jamás se habría enterado de que el cuerpo que le estaban por entregar no era de Manuel sino de otra persona. El responsable de los servicios funerarios advirtió que se trataba de una mujer, algo que dedujo por la “forma” de la bolsa, era la “forma de una mujer” por lo que llamó la atención para revisar la información confirmando que no era Moya
Lo peor fue que después les dijeron que el hombre que buscaban ya había sido cremado. Si la familia Moya tenía un cuerpo que no era el de su padre, entonces, otra familia despidió a un ser querido sin saber que en realidad no era la mujer (de apellido Endrisi) sino Manuel Moya.
Ahora la familia tiene sus dudas sobre las últimas horas de Manuel y se preguntan por la rapidez que cremaron el cuerpo cuando ellos aún hacían trámites en el sanatorio.
La cuestión de la articulación con las funerarias parece un tema a revisar en este contexto de crisis sanitaria. Aunque en este caso fue un encargado de hacer el servicio quien advirtió la confusión (podría haberlo dejado pasar), la otra empresa hizo su trabajo en tiempo récord y con el cuerpo cambiado ¿le dieron mal la información en el sanatorio privado? Hasta anoche nadie daba una respuesta a la familia.
Manuel Moya había pedido que sus restos fueran sepultados en Balcozna, una localidad cercana a la capital catamarqueñal.
Fuente:ElLiberal