Una inmensa masa de arena asoma en la superficie del Paraná. La postal se percibe a simple vista y confirma la existencia de un fenómeno que ya ha hecho encender las alarmas: la pronunciada bajante del río Paraná genera un pobre nivel de riacho Barranqueras, con lo cual, de persistir estas condiciones podría haber consecuencias con la provisión de combustibles, al menos por vía fluvial, en la provincia del Chaco.
El antecedente más próximo no es alentador: hace poco menos de un año, el escaso caudal de agua impidió el ingreso de barcazas que tenían como destino los muelles de Respol y Shell por unos 10 días; por lo que las autoridades provinciales han puesto en marcha los mecanismo con que cuentan para evitar que se repita este escenario.
ALERTA COMBUSTIBLES
Por el momento, sólo hay “alerta amarilla”. El nivel del río permite operar a las barcazas con normalidad, con lo cual, el abastecimiento no está afectado.
Ahora bien, si, como se estima, el caudal continúa bajando y se ubica por debajo de los 2 metros, no habrá dragado que permita navegar a las embarcaciones.
El año pasado, un fenómeno similar obligó a las empresas a implementar un mecanismo de abastecimiento terrestre que resultó bastante oneroso pero cuyo costo fue absorbido por las petroleras. La diferencia es que por estos días estas productoras de los combustibles se encuentran en plena disputa con el Gobierno por el congelamiento del precio de los productos, por lo que es difícil pensar en que vayan a tomar una actitud similar.
Nota via: Diario Norte.