Se lo llama, internamente, el “plan de los 100.000 millones” de pesos. Ese sería, aproximadamente, el dinero que el próximo gobierno de Alberto Fernández quiere volcar al mercado interno en los primeros meses de gestión, para reactivar la economía.
El destinatario de esos desembolsos serán jubilados, trabajadores públicos y privados con salarios cercanos al mínimo de $ 18.875 y beneficiarios de planes sociales. El criterio de selección de los que recibirán los pesos es claro: se trata de un público sin capacidad de ahorro y se descarta que cualquier peso extra que perciban se destinará al consumo. Para el resto de los trabajadores no habrá planes especiales, y se esperará a que sean las negociaciones paritarias las que determinen los incrementos salariales. El único requisito que impondrá el próximo gobierno es que, en todos los casos, haya cláusula gatillo para que, como mínimo, los sueldos le empaten a la inflación durante 2020.
En paralelo habrá políticas de contención de los precios, se mantendrán los beneficios impositivos al IVA impulsados por Mauricio Macri, se profundizarán los planes Ahora 12 y Ahora 18 y la ya anunciada tarjeta social para los beneficiarios de los planes activos. El origen del dinero para financiar este programa de aumento de la base monetaria es simple.
Nota via: Ambito.com